En la última década, distintas coyunturas económicas, sociales y culturales han dado lugar a una diversificación sin precedentes de la práctica profesional de la arquitectura y el urbanismo. Estos fenómenos han confluido con acontecimientos recientes como las inquietudes en torno a la pandemia de CoViD-19, la discriminación racial u otros temas emergentes, que se superponen con enorme celeridad sin que apenas haya tiempo para darles una respuesta meditada.

Dados estos condicionantes, esta propuesta de comisariado para la XV Bienal Española de Arquitectura y Urbanismo plantea, en primer lugar, un amplio mapa capaz de exponer la pluralidad de modos de hacer existente en la arquitectura y urbanismo contemporáneos, sin caer en la tentación de reducirlos a un único paradigma principal. Este mapa se establece como precondición necesaria para abordar el presente y constatar el potencial que cada una de estas prácticas pueda tener para responder a las problemáticas actuales desde terrenos que muestren una cierta solidez y se alejen de posiciones meramente oportunistas. Más que definir temáticas, por tanto, se trata de reconocer modos de hacer y evaluar la capacidad real que cada uno de ellos presenta en ámbitos que, por su propia contingencia, pueden resultar inconmensurables.
Bajo esa pluralidad de prácticas subyacen a veces posiciones enfrentadas o que tienen difícil conciliación. Para abordar esta complejidad, la exposición parte de un modelo de organización que permite que convivan y se relacionen estas diferencias. Dicho modelo se fundamenta en una arquitectura de recintos, de vigencia contemporánea, pero cuya tradición en España puede rastrearse hasta el legado hispanomusulmán y en edificios como el Alcázar de Sevilla. Esta ha pervivido a través de tipologías como la conventual, pero también reparece con nuevo impulso en arquitecturas domésticas recientes. La arquitectura fundamentada en recintos permite la avenencia entre piezas de muy distinto carácter, y así, ha permitido que en el propio Alcázar convivan reductos almohades con estancias mudéjares o renacentistas. Basada en esta organización, la muestra se plantea como un conjunto de piezas adyacentes que definen distintos modos de hacer en la arquitectura y el urbanismo españoles contemporáneos. Estos recintos, desde sus límites y autonomía relativa, acotan un cierto nivel de intensidad que nos permite entender con mayor claridad cada uno de los modos de hacer y sus propios alcances potenciales. Al mismo tiempo, los umbrales y transiciones entre las piezas dan lugar a inevitables superposiciones, contaminaciones e interrelaciones que remiten a las que ocurren continuamente en la realidad.
Las piezas propuestas no ofrecen respuestas inmediatas a los problemas actuales, sino un entendimiento más profundo sobre los modos de hacer de los que ahora disponemos, y de las propias tradiciones con las que enlazan. Su identificación y particularización plantea la búsqueda de conocimiento mediante exploraciones de cierto recorrido, del mismo modo que la arquitectura de recintos, utilizada como motivo en esta muestra, ha sido explorada durante siglos para responder a problemas de épocas e índoles muy distintas. Estas largas tradiciones de determinadas prácticas no limitan su vigencia sino que son, por el contrario, un garante de resiliencia para tiempos enormemente cambiantes y una constatación de la naturaleza inevitablemente transhistórica de nuestro hacer como arquitectos y urbanistas. Su indagación más profunda plantea como reto futuro un campo de actividades de intensidad potencial múltiple.


























